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Tu Mitología

Ra

Tiempo estimado de lectura: 13 minutos

Ra es el “dios sol” del Antiguo Egipto. Es una de las deidades más antiguas del panteón egipcio. Se llegó a fusionar con varios dioses, como por ejemplo Horus, convirtiéndose en Ra-Horakhty (el sol de la mañana). También se unió con Amón (como el sol del mediodía), llamándose Amón-Ra. Por otro lado, también se fusiona con Atum (el sol de la tarde) bajo el nombre de Atum-Ra, asociado con la vida primordial.

La palabra egipcia Ra significa “sol”. Como deidad solar, encarnaba el poder del sol, pero también se pensaba que era el sol mismo, imaginado como el gran dios que viajaba en su barcaza por los cielos durante todo el día y descendía al Duat (inframundo egipcio) al atardecer. Mientras se abría paso a través de la oscuridad debajo de la tierra, fue atacado todas las noches por la serpiente gigante Apofis (también conocida como Apep), que trató de evitar que el sol saliera cada mañana y así destruir toda la vida en la tierra.

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El dios más importante de Egipto

Para muchos egiptólogos, “Ra es la deidad más importante de Egipto”, no solo porque es el sol que da la vida, sino también por su influencia en el desarrollo de dioses posteriores. Tuvo diversos roles y funciones:

  • Ra en los cielos
  • Ra en la tierra
  • Ra en el inframundo
  • Ra como creador
  • Ra como rey y padre del rey

El culto a Ra ya estaba establecido en la época del Antiguo Reino de Egipto (2613-2181 a.C.) y continuó durante casi 2000 años hasta que, al igual que los demás dioses egipcios, fue eclipsado por el cristianismo.

Origen y adoración

Ra se menciona por primera vez en los Textos de las Pirámides (2400-2300 a.C.). Son las obras religiosas más antiguas del mundo, que se inscribieron en los sarcófagos y las paredes de las tumbas en Saqqara. Ra reúne el alma del rey y lo lleva en su barcaza dorada al paraíso egipcio, el «Campo de los Juncos». El culto a Ra ya estaba bien establecido en el momento en que se inscribieron estos textos, que se cree que derivan de una tradición oral mucho más antigua.

Su centro de culto estaba en la ciudad de Iunu (más conocida como Heliópolis, nombre griego que significa “ciudad del dios sol”). Ra está representado en los Textos de las Pirámides no solo como el gobernante supremo de los dioses, sino como la encarnación del orden y el equilibrio divino. Era conocido como el “Creador De Sí Mismo” que aparece en los mitos de la creación.

Ra se encuentra en el montículo primordial en medio de las turbulentas aguas del caos y establece el orden, da a luz a los otros dioses y crea el mundo. Ra hace todo esto a través del poder de Heka, quien era tanto el dios de la magia como la magia misma. Los antiguos egipcios pensaban que era una fuerza divina que permitía la existencia de todo lo que existe y también permitía la transformación. Ra, como el primer dios, creó a Heka y lo aprovechó, lo que resultó el nacimiento de Heka para controlar la magia divina.

Ra-Horakhty y Ra-Khepri

Casi siempre se le representa como el «Ra-Horakhty» con cabeza de halcón y el disco solar sobre su cabeza. Sin embargo, a veces también se le muestra con un escarabajo debajo del disco solar, de esta forma, se le conoce como «Ra-Khepri». Esto fue establecido por la Dinastía II de Egipto. En la época de la Dinastía V, los reyes asociaron sus reinados con Ra, lo que resultó un honor en la construcción de los Templos del Sol de la época. Fue adorado en Heliópolis en la forma del toro Mnevis, la encarnación viva de Ra, muy parecido al famoso “toro de Apis”.

Toda la historia de Ra

Ra en los cielos

Ra está asociado con el cielo en los Textos de las Pirámides y vinculado con el sol y la energía que da vida. No obstante, un texto posterior, conocido como el “Libro de la Vaca Sagrada”, brinda los detalles de cómo Ra dejó la tierra, que una vez gobernó y ascendió al cielo. Se cree que el Libro de la Vaca Sagrada existió de alguna forma durante el Primer Período Intermedio (2181-2040 a.C.) y fue escrito durante el Reino Medio (2040-1782 a.C.). Sin embargo, todos los guiones existentes provienen del período del Nuevo Reino (1570-1069 a.C.).

La historia relata cómo Ra ha envejecido y sus súbditos humanos comienzan a tramar su derrocamiento. Ra está molesto y llama al consejo a otros dioses que lo alientan a castigar a los humanos por su ingratitud. Ra convoca al “Ojo de Ra”, personificado como una diosa, una fuerza poderosa que cumple las órdenes de Ra y lo libera de su control para causar estragos. De cualquier manera, El Ojo de Ra siempre trae algún tipo de transformación y en este caso es Hathor el Ojo de Ra.

Hathor se libera para destruir a la humanidad. Ella mata a miles de personas, pero Ra se dé cuenta de lo que ha hecho y se arrepiente, rogándole que se detenga. Sin embargo, Hathor ha perdido la razón a causa de la matanza y se fusiona con la salvaje Sekhmet que, con su ira, no puede oírlo. Ra ordena teñir de rojo 7.000 jarras de cerveza para que parezcan sangre, derramándola en las llanuras de Dendera. Hathor-Sekhmet bebe la cerveza de sangre, se desmaya y se despierta como Hathor, quien se compromete a sí misma como amiga de la humanidad a partir de ese momento.

Sin embargo, Ra está cansado de gobernar a los humanos y le pide a la diosa Nut que lo lleve a los cielos. Nut se convierte en una vaca celestial y lleva a Ra hacia el cielo sobre su espalda. En su camino, Ra crea el Campo de los Juncos y organiza la administración del mundo, dejándoselo a los demás dioses. Los seres humanos serán de ahora en adelante los encargados de mantener el orden de acuerdo con la voluntad de estos dioses y Ra, habiéndose retirado, sólo se preocupará de conducir su gran barcaza por el cielo.

Ra en la tierra

Antes de su partida, Ra gobernó su creación directamente desde la tierra. Ra creó las leyes que luego Osiris e Isis dieron a la humanidad en la edad de oro de su reinado antes de que Osiris fuera asesinado por su hermano Seth, quien usurpó el poder. Todo esto sale en el “Mito de Osiris”. La presencia de Ra en la tierra fue reconocida por la luz del sol y el crecimiento de los cultivos, así como por los cambios de estación.

Ra en el inframundo

A lo largo del día, Ra navegaba por el cielo en su barcaza y luego descendía al inframundo por la noche. La barcaza del sol ahora se transformaba en la barcaza de la tarde conocida como el “Barco de un Millón de Almas” que recogía a los recién llegados y a los muertos justificados para llevarlos al Campo de los Juncos. Ra en este momento se fusiona con Osiris, llamándose Ra-Osiris. Es el juez de los muertos, esto puede verse en el «Juicio de Osiris».

Ra consulta con Osiris en el Duat, tal vez confirmando qué almas han sido debidamente justificadas antes de ser juzgadas. A medida que la barcaza avanza por el inframundo, es atacada por la serpiente Apofis, que intenta matar a Ra y evitar el amanecer. Los dioses a bordo luchan contra la serpiente con la ayuda de los muertos, sin embargo, mientras tanto, en la tierra, los vivos animan a los defensores a través de ceremonias rituales, canalizando energías positivas para fortalecer a los dioses que están a bordo.

Todas las noches Apofis ataca, y todas las noches es derrotado. Ra y su tripulación navegan hacia el amanecer, los muertos justificados son entregados a su destino, y el amanecer se ve entonces como la señal de que Ra volvió victorioso, y de esa forma, los egipcios verían un nuevo día.

Ra como creador

La mitología del Antiguo Egipto da crédito a varios dioses diferentes para establecer el orden y crear el mundo, pero los que aparecen con mayor frecuencia en los mitos de la creación son Ra, Atum, Ptah y la diosa Neith. Cualquiera que sea el nombre de los dioses, siempre tienen las mismas características y poder que Ra, y se cree que Ra estuvo presente.

Esto significa que, aunque los sacerdotes de Ptah podrían afirmar que fue su dios quien creó todas las cosas, el Ptah que citan en realidad sería Ra. En el caso de Atum, él era esencialmente Ra solo que tenía otro nombre, y podría decirse lo mismo de la diosa Neith.

Ra como rey y padre del rey

El equilibrio era el valor cultural más importante del Antiguo Egipto, y fue modelado y mantenido por el rey. Se pensaba que el gobernante había sido santificado por los dioses por su capacidad para mantener el orden, que se entendía como equilibrio y armonía. El fundador de la Dinastía V del Reino Antiguo, el rey Userkaf (finales del siglo 26 a.C.), personificó este ideal al elevar el Culto de Ra. Userkaf construyó el Nekhenre, el Templo del Sol de Ra, cerca de Abusir y estableció una tradición de veneración de Ra que continuó durante toda la dinastía.

Userkaf fue el primer rey en erigir un templo a Ra, todos sus sucesores harían después lo mismo, creando un modelo para la tradición de erigir templos en honor a Ra que continuó a lo largo de la historia de Egipto. La Dinastía V es muy conocida por la construcción de los templos del sol, así como de establecer firmemente el vínculo entre un monarca y los dioses. Userkaf y sus sucesores se referían a sí mismos como “hijos de Ra” siendo literalmente hijos del dios.

En este momento, Ra ya era reconocido como rey de dioses, nombrándolo de esa forma como “Rey y Padre del Rey” que mantenía el orden a través del gobierno justo de sus hijos. Ra como el poder invisible detrás de todos los demás poderes se extendía a todos los dioses del panteón egipcio. Diosas famosas como Bastet (protectora del hogar), Hathor (diosa de la alegría, la danza, la música y el amor) e Isis (diosa de la magia, la luna y la curación) eran aspectos de la fuerza vital de Ra como lo eran sus consortes varones.

Dioses egipcios

Referencias

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  • Mejía, Eva Lydia Oseguera (2000). Compendio de Literatura Universal. Grupo Editorial Patria. ISBN 9786077440574.
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Otras mitologías

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