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La «diosa Isis» tiene muchos nombres, aunque en el Antiguo Egipto se la conocía como Aseth, Ast o Issa. Es en su época Helenística cuando deriva al nombre de Isis, siendo una de las divinidades más importantes del panteón egipcio. Adorada durante más de 3000 años fue una diosa del cielo, y a pesar de que en la mitología egipcia la vida religiosa se centrase en Osiris, la fuerte presencia de Isis fue crucial para la batalla contra Seth.
Es hija de Geb, dios de la tierra y Nut, diosa del cielo. Es hermana de Osiris, Seth y Neftis y además, madre de Horus. Uno de los epítetos más conocidos es la de “los 10.000 nombres” o “la Gran Madre”. Ella es el agua que trae el río Nilo, los egipcios comentaban que cuando se inundaba el Nilo, decían que eran por las «lágrimas de Isis» que derramaba por la muerte de su esposo. Uno de los misterios más grandes que envuelven a esta divinidad es el famoso «Velo de Isis», es por eso que esta deidad, fue la gran iniciadora y maestra del mundo antiguo, tanto para egipcios como griegos y romanos, es la diosa del aprendizaje de los secretos.
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Evolución de la diosa Isis
Es mencionada por primera vez junto a Osiris en los Textos de las Pirámides de la tumba de Unas, faraón de la dinastía V. En ocasiones se identificó con la diosa Hathor, es por eso que muchas veces se confunden a estas dos divinidades e Isis, asimila sus atributos, especialmente los cuernos de vaca y el sistro.
En los primeros textos, Isis se presenta como una deidad secundaria, junto con Neftis, lamentando la muerte de su hermano Osiris que en esa época aún no era su esposo, que a su vez es tan solo uno más de los dioses funerarios que había en el Antiguo Egipto.
No obstante, en el Reino Nuevo el culto a Osiris alcanza su apogeo. Las nuevas versiones de su mito incorporan un cambio fundamental: Isis adquiere un papel protagonista, como hermana y esposa del dios que llora su muerte, recompone su cuerpo, le resucita, concibe y cría a su hijo. Osiris, Isis y Horus configuran así una tríada, quizá la más influyente en el sentimiento religioso egipcio.
Culto
El filósofo Heródoto cuenta cuando viajo a Egipto, que una de las fiestas que se hacen en honor a Isis se llama Lychnokaie o fiesta de las lámparas encendidas. Dice que hay una noche en que, durante los sacrificios celebrados en la ciudad de Sais, los egipcios encienden unas lámparas de aceite y las dejan toda la noche ardiendo alrededor de sus casas, e incluso los que no acuden a las fiestas en Sais practican este rito allí donde estén. De este modo, todo Egipto quedaba iluminado en honor a la diosa.
En época ptolemaica el culto de Isis y Osiris se convirtió en una religión mistérica. La iniciación era secreta y estaba prohibido revelar datos de las ceremonias que se realizaban a los no iniciados. Entre los sacerdotes de Isis se distinguía un alto clero, encabezado por el Sumo Sacerdote, y un bajo clero integrado por cantantes, jardineros e interpretadores de sueños.
Asimismo, contaban con sacerdotes egipcios que leían e interpretaban los ritos sagrados y conseguían el agua del Nilo empleada en las ceremonias. Todos los días, al amanecer, se abría el templo y los iniciados contemplaban la estatua de la diosa, se encendía el fuego sagrado, se realizaban libaciones con agua sagrada del Nilo y se cantaban himnos. También se llevaban a cabo rituales de aseo y alimentación de la imagen y se ofrecían sacrificios. Y al mediodía, el templo se cerraba.
Interpretando el mito de Isis y Osiris
El «mito de Isis y Osiris» servía para explicar el fenómeno de la crecida del Nilo. Cuando Isis llora la muerte de su marido, sus lágrimas hacen que se incremente el caudal y el río se desborde. Pausanias comenta lo siguiente:
“Los egipcios celebran en honor de Isis la fiesta cuando dicen que ella está afligida por Osiris. En este tiempo el Nilo comienza a subir, y muchos del lugar dicen que lo que hace crecer el río y regar las tierras de labor son las lágrimas de Isis”.
Por otro lado, la diosa se relacionaba con la estrella Sothis, también conocida como Sirio o estrella del Perro, mientras que Osiris era Orión en el cielo. La salida de Sothis por el horizonte oriental devolvía a Osiris a la vida y causaba la inundación. Sin embargo, otra explicación es la que identifica a Osiris con el Nilo y a Isis con la tierra fértil: Osiris fecunda a Isis, de modo que germinan las cosechas.
No obstante, hay más interpretaciones sobre el «mito de Osiris». El asesinato y resurrección de Osiris, garantizaba a los egipcios una vida después de la muerte. También tenemos la protección del niño Horus, ofrecía la supervivencia frente a los ataques de los animales venenosos del valle del Nilo o la lucha entre Seth y Horus, donde la victoria de este último, legitimaba el poder del faraón, considerado descendiente de este dios.
Resumen de la diosa Isis
Isis era una diosa que se situaba en la cúspide del panteón egipcio, pero al mismo tiempo el pueblo la percibía como muy cercana; para todos era la “Gran Madre” que les protegía y a ella recurrían en asuntos tan cotidianos como la agricultura o las enfermedades.
Sus abundantes epítetos y atribuciones permitieron su asimilación con distintas diosas, empezando por la propia Hathor en Egipto, y una rápida aceptación en los lugares a los que se expandió su culto.
A partir de la época ptolemaica se introdujeron en la religión isíaca los “misterios”, de modo que solo los iniciados podían acceder a los secretos del culto, conocido como el “Velo de Isis”. Esto atrajo tanto seguidores como detractores; paralelamente, algunos emperadores lo aceptaron e incluso promovieron, mientras que otros lo consideraron una amenaza para el poder y lo combatieron.
Su mito más significativo es aquel en que recompone el cuerpo de su marido Osiris, le devuelve a la vida y concibe y cría a su hijo Horus, quien más tarde derrotará al malvado Seth y se convertirá en el primer faraón. Las implicaciones de este mito abarcan ámbitos tan dispares e importantes como la agricultura, la vida ultraterrenal o la legitimación del poder real.
Dioses egipcios
Amheh
Ammit
Amón
Anubis
Apis
Apofis (Apep)
Atón
Atum
Bastet
Bes
Geb
Hathor
Heka
Horus
Khnum
Khonsu
Maahes
Maat
Mafdet
Mehen
Menhet
Mut
Neftis
Neith
Nun
Nut
Osiris
Ptah
Ra
Sekhmet
Serket
Seth
Shu
Sobek
Tefnut
Thot
Tueris
Referencias
- Hipólito Pecci Tenrero (2004). Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, H.» Antigua, 1.15, págs. 11-26
- Jaime Alvar Ezquerra (1981). «El culto a Isis en Hispania». La religión romana en Hispania. CSIC Ministerio de Cultura. ISBN 84-7483-238-1.
- Jurgis Baltrušaitis (1996). En busca de Isis. Introducción a la egiptomanía (María Teresa Gallego Urrutia, María Isabel Reverte, trads.). Madrid: Ediciones Siruela. ISBN 84-7844-329-0.
- Baring, Anne; Cashford, Jules (2005). El mito de la diosa. Evolución de una imagen. Madrid: Ediciones Siruela. ISBN 978-84-7844-732-9.
- Thomas Allan Brady (1978). Serapis & Isis: collected essays. Chicago: Ares publishers Inc.
- Cristina Marcos Sánchez (2014). Veneración a Isis en Hispania.
- Mª Amparo Arroyo de la Fuente (1999). Isis y Serapis, Legitimadores de la Realeza en Época Ptolemaica. Boletín de la Asociación Española de Egiptología. Págs. 157-174.