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Hades era el nombre del dios del inframundo en la «mitología griega» y el nombre del lugar tenebroso bajo tierra que se consideraba como el destino final de las almas de los muertos. Hades era probablemente el más temido de los dioses, los griegos lo describen como un dios “sin piedad”, “detestable” y “monstruoso”. Su mujer era Perséfone, a la que raptó para que viviera con él en el inframundo. Hades es uno de los «dioses del inframundo» más famosos del mundo de la mitología.
Una vez que los dioses olímpicos derrotaron a los titanes en la batalla de la «Titanomaquia» y luego a Tifón en la «Tifonomaquia», Hades echó a suertes con sus hermanos Zeus y Poseidón qué parte del mundo gobernaría cada uno. Zeus recibió el cielo, Poseidón los mares, y Hades el inframundo. Es un dios que debió de inspirar temor, se dice incluso que los griegos evitaban pronunciar su nombre y usaban epítetos como Eubuleus (el que da buenos consejos).
También hay historias de sacrificios hechos en honor a Hades, que se realizaban por la noche y en los que se dejaba que la sangre de las víctimas penetrara en la tierra para que le llegara al dios del inframundo.
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Señor del inframundo
Hades era el único dios que no vivía en el Monte Olimpo, vivía en un oscuro palacio del inframundo. Tenía un yelmo hecho por Hefesto con el poder de la invisibilidad. Es el mismo yelmo que usó Atenea cuando luchó contra Ares en la Guerra de Troya en su misión para conseguir la cabeza de Medusa. Según la mitología, Hades se enamoró de Perséfone, la hija de Zeus y Deméter, el dios del inframundo la raptó para que viviera con él.
Cuando Hermes descubrió lo que había pasado, exigió que devolviera a Perséfone a Deméter, y se decidió que podría regresar al mundo si no había comido nada del Hades. Sin embargo, Hades la engañó para que se comiera una semilla de granada, por lo que solo podría regresar al mundo de los vivos la mitad del año. Este mito simboliza el ciclo de la vida y la muerte, de la siembra y la cosecha. No obstante, es la misma historia que se cuenta en el mito de Nergal y Ereshkigal miles de años antes en una tablilla de arcilla de la civilización Sumeria.
Hades es representado como un hombre maduro, con barba y un cetro. Tiene una horca de dos púas, una vasija para libaciones o una cornucopia, que simbolizaba la riqueza mineral y vegetal que proviene de la tierra. A veces aparece sentado en un trono de ébano o montado en una cuadriga tirada por caballos negros, y en muchas ocasiones con Perséfone a su lado.
Dioses de la oscuridad
El inframundo se llama Hades
Se creía que el dios Hermes guiaba a las almas a la laguna Estigia en el inframundo, momento en el cual el barquero Caronte los transportaba hasta las puertas del Hades. Allí estaba Cerbero, el feroz perro de tres cabezas (o cincuenta según Hesíodo) y serpientes por el cuerpo, vigilando a que las almas no se escaparan. Para pagar al barquero Caronte, la familia del fallecido ponía una moneda en la boca del difunto. Aquellos a los que no se enterraba, o que no tenían cómo pagar al barquero, estaban condenados a vagar por la Tierra como fantasmas, muy parecido al «inframundo sumerio».
El juicio en el Hades
Al llegar a las puertas del Hades se decidía cuál era el destino final de las almas, juzgando sus actos en vida, muy parecido a como se hacía en el “Juicio de Osiris” en la «mitología egipcia». Tradicionalmente los tres jueces de almas eran Minos, Radamantis y Éaco, conocidos por sus vidas honorables. Cuando se consideraba que un alma había llevado una vida especialmente buena, primero se la llevaba a beber de las aguas del río Lete para que olvidara todo lo malo y luego se la llevaba a los idílicos Campos Elíseos.
Cuando se consideraba que un alma había llevado una mala vida, esta caía en manos de las “Erinias” que la llevaban al Tártaro, el nivel más profundo del Hades, donde se la castigaba por sus fechorías. Las peores almas, aquellas que habían ofendido a los dioses con su irreverencia, estaban condenadas al tormento eterno.
Algunos ejemplos de tal castigo son Sísifo, condenado a empujar eternamente una roca cuesta arriba, Tántalo, que nunca podía saciar su sed, Ocnos, que trenzaba una cuerda mientras un burro se iba comiendo el otro extremo, las hijas de Dánao, que tenían que intentar llenar un tamiz con agua, e Ixión, que estaba atado a una rueda que daba vueltas sin cesar.
Héroes en el Hades
A pesar de ser un lugar aterrador para los vivos, varios héroes visitaron el Hades en sus aventuras, incluido Heracles (Hércules), que fue a capturar a Cerbero como el último de sus doce trabajos, Odiseo, que fue a buscar el consejo del sabio Tiresias, Orfeo, que quiso encontrar a Eurídice, y Teseo y Pirítoo que fueron a capturar a Perséfone para que se casase con el segundo. Sin embargo, estos dos últimos héroes no tuvieron tanta suerte como los demás, ya que Hades los apresó en dos tronos (o los ató a dos rocas, según otras historias) y tan solo Teseo lograría escapar del inframundo más tarde, cuando lo liberó Heracles.
Dioses griegos
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Hermes
Hestia
Megera
Metis
Némesis
Perséfone
Poseidón
Príapo
Selene
Sileno
Tánatos
Tisífone
Zeus
Referencias
- Carabatea, M. Greek Mythology. Pergamos, Peania, 2007
- Carpenter, T.H. Art and Myth in Ancient Greece. Thames & Hudson, 2012.
- Hesiod. Hesiod. Loeb Classical Library, 2007.
- Homer. The Iliad. Penguin Classics, 1998.
- Hope Moncrieff, A.R. Classical Mythology. Senate, London, 1994
- National Geographic. Essential Visual History of World Mythology. National Geographic, 2008.